¿conoces los riesgos de tu profesión?¿tomas medidas para evitarlos?. Seguir los siguientes consejos te ayudará a mejorar tu salud día a día y a trabajar con mayor confort.
Las posturas en el trabajo generan en la mayoría de los casos lesiones en los músculos, tendones, nervios o articulaciones, que afectan tanto a las manos y brazos, como al cuello o a la espalda. Estas lesiones se denominan trastornos músculo-esqueléticos y representan la primera causa de baja por enfermedad laboral en algunas profesiones.
Más allá de la postura del cuerpo también es el cómo usemos las herramientas al trabajar puede suponer que surjan otros problemas graves como la inflamación en los tendones. Conocer cuáles son las posturas correctas, evitará la mayor parte de las lesiones.
Estar bien sentado , con el tronco recto y sin respaldo, afectará los músculos extensores de la espalda. Sería perfecto poder contar con un respaldo que llegue, como mínimo, hasta la parte media de la espalda para proteger la curvatura de la columna vertebral en la zona lumbar. Debemos intentar mantener la espada erguida y alineada, repartiendo el peso entre las dos tuberosidades isquiáticas, con los talones y las puntas de los pies apoyados en el suelo y mantener las rodillas en ángulo recto.
Estar también durante horas inclinado, con el tronco hacia delante y sentados, nos pasa factura a la zona de la región lumbar y contribuye al deterioro de los discos intervetebrales. Estos discos también se ven afectados con la inclinación de la cabeza hacia delante. Mejora tu postura apoyando la espalda firmemente contra el respaldo de la silla, si es necesario utiliza un cojín o una toalla enrollada para la parte inferior de la espalda. También es muy recomendable sentarse lo más atrás posible, apoyando la columna firmemente contra el respaldo, que ha de sujetar fundamentalmente la zona dorso-lumbar.
¿Qué ejercicios puedo hacer para prevenir lesiones?
Podemos prevenir las dolencias haciendo auto estiramientos para preparar la musculatura para afrontar la jornada laboral.
Estiramiento de espalda:
Doblamos nuestro cuerpo hacia delante dejando la espalda lo más alineada posible de modo horizontal-podemos doblar las rodillas si es necesario. Nos sujetamos con las manos a algún mueble que tengamos delante y, lentamente, vamos tirando el culo hacia atrás de modo que, de forma suave, notaremos como nuestra espalda se va estirando. Al estar de pie, podemos inclinar hacia un lado nuestro torso al tiempo en que levantamos el brazo del lado contrario y lo estiramos por encima de nuestra cabeza, sentiremos como se estira el lateral del torso del lado del brazo levantado. Repetimos el ejercicio con el otro lado.
Estiramiento de muñecas:
Con el codo derecho delante de nuestro pecho y la mano derecha a la altura de nuestro cuello, giraremos la palma de la mano hacia arriba. Con la otra mano haremos presión hacia abajo en la zona de los dedos, estirando de este modo toda la cara interna de la muñeca. Giraremos la palma de hacia abajo y repetiremos haciendo presión ahora en el dorso. Repetiremos unas cuantas veces con cada mano.
Estiramiento de cuello:
Empezaremos por bajar el mentón hacia el cuello lentamente y subirlo de nuevo, nunca echar hacia atrás la cabeza, es perjudicial para las cervicales. Repetir unas cuantas veces. Si se nota tirantez, se pude dejar caer la cabeza hacia delante y mantenerla relajada en ese posición durante unos segundos, notando como se estiran los músculos de toda la parte trasera del cuello e inicio de la espalda.
Un segundo ejercicio consiste en girar suavemente a derecha y izquierda la cabeza, repitiendo varias veces. Seguiremos inclinando lateralmente la cabeza dejándola caer sobre nuestro hombro a un lado y otro y manteniéndola colgada unos segundo. Sin forzar. Podemos repetir la serie ayudándonos con la mano para estirar un poco más. Es decir, inclinamos la cabeza lateralmente hacia el lado derecho y con la mano derecha, sujetamos la parte izquierda de la cabeza y estiramos suavemente en sentido derecho y hacia abajo. Es importante que el movimiento sea suave, sin forzar, no debemos sentir dolor. Se puede aumentar el esfuerzo del ejercicio si en este movimiento colocamos el brazo izquierdo, que no está trabajando, en la espalda. Así estiramos más la musculatura de ese lado. Una vez terminado repetimos el ejercicio con el otro lado. Siguiendo este método, ponemos nuestras manos en la coronilla de nuestra cabeza a inclinarse hacia delante, estirando un poco más.
Si aún intentando prevenirlas, nos encontramos con dolencias en cuello, espalda y muñecas lo mejor es acudir a un especialista que pueda trabajar la zona afectada, liberando las tensiones y contracturas de las zonas que se hayan podido ocasionar.
Directora de Clínica Harmonie
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