Las prótesis de aumento y reconstrucción de pecho son uno de los aspectos sobre los que más preguntan las mujeres que quieren operarse.

Es lógico, porque en función de su tipo, composición, textura y tamaño dependerá en buena medida que el resultado de la intervención sea de su agrado.

En un rápido resumen, podemos dividir los implantes en dos grupos teniendo en cuenta su diseño:

  • Redondos: Tienen la misma anchura arriba y abajo y forma de círculo, lo que les da un aspecto uniforme. Son los más sencillos de colocar y también los más económicos.
  • Anatómicos: Están diseñados con forma de lágrima o de gota. La parte superior es más plana que la inferior, y tienen diferentes alturas. Consiguen un efecto más natural.

Ambos suelen estar hechos de gel de silicona, que han mejorado con los años y ganado en adherencia, por lo que resulta prácticamente imposible que su contenido se salga en caso (raro) de rotura. Las prótesis de suero salino, que también están permitidas en Europa, se usan poco, ya que tanto la forma como el tacto resultan menos naturales.

En función de cómo están recubiertos hay otros dos tipos de texturas de los implantes:

  • Lisos: Son los que se ponían hasta hace unos años, pero han dejado de utilizarse.
  • Rugosos: La cubierta es más gruesa y resistente. Reducen las posibilidades de que se produzca un desplazamiento.

 

 

El otro factor clave en los implantes, el tamaño, es muy variable. Pero es importante porque hay que adaptar las prótesis al cuerpo de cada mujer en función de sus medidas de tórax. Los cirujanos preferimos hablar de proyección en vez de volumen, porque no solo tenemos en cuenta el tamaño de los implantes, sino también el lugar en el que se colocan y su perfil (bajo, moderado y alto).

En cualquier caso, ninguna de esas cuatro variables que hemos descrito afecta a las técnicas que se aplican en la cirugía, ya que todas pueden llevarse a cabo con unos u otros tipos de implantes. 

Sobre las marcas y modelos, mi consejo es asegurarse que las prótesis que se van a usar están certificadas por la Comunidad Europea (CE) y la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos. 

Es interesante informarse previamente, pero lo más importante es consultar a un cirujano para valorar no sólo los aspectos técnicos, sino la morfología, el historial médico y las intenciones de cada mujer. Con cierta frecuencia en la exploración del cirujano se detecta algún problema que la paciente no conoce, como un principio de ptosis mamaria o un seno tuberoso, que pueden solucionarse en la propia intervención. El conocimiento y la experiencia del cirujano son fundamentales a la hora de determinar qué intervención hacer y cómo llevarla a cabo.

 

 

En este proceso son de gran utilidad los sistemas de simulación en 3D, que ofrecen imágenes tridimensionales y facilitan la toma de decisiones, usando como base la anatomía real de cada mujer. 

De esta forma obtenemos la primera parte de la fórmula “mágica” que estás buscando para que todo salga bien: Información + Asesoramiento + Simulación. 

Para completar todo el proceso con éxito, deberás tener en cuenta el cirujano, la clínica y las instalaciones, lo que se resume en: Experiencia + Confianza + Calidad.

Si se hace todo correctamente, la suma final debe ofrecerte el resultado que tú esperas de la operación: Un pecho bonito que te haga sentir bien y con el que mejorar tu calidad de vida.

 

¡Me encantaría conocer tu punto de vista! Compártenos tu opinión o duda escribiéndola acá abajo y yo trataré de darle respuesta lo antes posible.

 

Estaré muy atenta leyéndolos. 

Un abrazo y nos vemos pronto.